c) Orestes Pursued by the Furies, Bourguereau (1862)
" Nos posaremos sobre tu corazón podrido como las moscas
sobre un dulce,
corazón podrido, corazón ensangrentado, corazón deleitable.
Saquearemos como abejas el pus y la sanies de tu corazón.
Haremos con ellos miel, ya verás, hermosa miel verde"
-Coro de las Erinias en Las Moscas.
En la pintura anterior, se aprecia a Orestes perseguido por las Erinias o Euménides, quienes le señalan el cuerpo de su madre apuñalado.
En relación con la obra antes señalada, la actitud de Orestes ha cambiado: ya no es el hijo de Agamenón seguro de sí mismo: ahora huye semidesnudo del insoportable aullido de las Erinias, que incansablemente le recuerdan el crimen que ha perpetrado; cubre sus oídos con sus manos, sus ojos desorbitados significan desesperación y locura. Sin duda, estamos frente al pathos helenístico en toda su expresión. Su cuerpo, sin embargo, refleja una armonía y una proporción clásica (bien podría hablarse de quiasme en su figura).
Las que los romanos llamaban Furias envuelven, caen sobre el matricida. Le señalan con sus dedos la daga clavada en el pecho de su madre, la cual hace lo mismo con sus manos. En sus rostros la cólera se deja ver. Son las diosas vengadoras que le recriminan al asesino su ineluctable falta. En sus manos, se encuentran distintos objetos que simbolizan persecución: usa serpiente usada como látigo para fustigar al criminal y la antorcha para atormentarlo y buscarlo entre las sombras. En sus cabellos, se dejan ver sierpes que recuerdan a Medusa, lo cual, es posible considerarlo como una intromisión del símbolo cristiano que recuerda al pecado original. Es curioso que Borguereau halla representado sólo tres euménides, puesto que quien las representó en dicha cantidad fue un autor romano y no griego: Virgilio. El autor mantuano hablaba de Alecto, Megera y Tisífone.
La aparición fantasmagórica de Clitemnestra destaca por el reiterativo uso del color rojo, lo cual operar como un catalizador del significado de crimen y sangre que porta.
Un elemento que evidentemente nos remite al mundo helénico constituye el marcado perfil griego de cada uno de los personajes que aparecen en la obra.
Es interesante, por otra parte, reparar en lo brumoso del conjunto; incluso en algunos sectores, como en el extremo derecho de la obra, los límites entre figura y fondo se pierden en la bruma.
Pero sabemos que las Erinias no son sino los remordimientos que Orestes siente tras haber asesinado a su madre. Por lo tanto, el resto de las figuras no son sino una alegoría del sufrimiento interno del atrida, en otras palabras, subjetividad externalizada y objetivada. Tenemos, entonces, que, en esta obra, los límites entre objetividad y subjetividad se han perdido; la realidad se ha doblegado, ha quedado relegada a un segundo plano por lo irracional, lo inconsciente, representado en las Euménides y la alucinación fantasmal de Clitemnestra.
Es quizá la última obra la más trágica de todas las que aquí revisamos, puesto que nos remite a una concepción del hombre como ser incapaz de abandonar lo que Patxi Lanceros llama la herida trágica. Orestes, pese a sus intentos de huir, no puede negar el aspecto irracional de su condición.
Bibliografía
-Lanceros, Patxi, La herida Trágica, Anthropos, Barcelona, 1997.
-Lesky, Albin, La tragedia griega, El Acantilado, Barcelona, 2001.
-Mondolfo, Rodolfo, La comprensión del sujeto humano en la cultura antigua, Eudeba, Buenos Aires.
-Hauser, Arnold, Historia social de la literatura y el arte : desde la prehistoria hasta el Barroco, Debate, Madrid, 1998.
-Sartre, Jean Paul, Las Moscas, Losada, Buenos Aires, 1973.
-Esquilo, Tragedias completas, EDAF, Madrid, 1989.
Sitios Web:
http://www.beloit.edu/~classics/Trojan%20War%20Site/Clytemnestra%20Agamemnon%20Orestes/Orestes_pursuded_by_the_Furies(Bourguereau,_Smaller).jpg
http://www.vroma.org/images/mcmanus_images/orestes-clytie.jpg
http://www.stanford.edu/~plomio/orestes.JPG
1 comentario:
Una obra muy emocional, por cierto.
Me cabe una duda, sin embargo: si bien es admisible que en esta pintura las Erinnias sean meras formas alegóricas de los sentimientos que asaltan a Orestes, ¿no sería más probable creer que, en las tragedias de Esquilo, ellas eran efectivamente algo externo a él, puesto que la tragedia ática muestra un mundo religioso donde conviven y/o se comunican los hombres con los dioses y, además, Orestes parece siempre convencido de la justicia contenida en su forma de actuar, lo cual se prueba en el hecho de que buscó la protección de Apolo y Atenea en lugar de entregarse al castigo de las Erinnias? Tal vez sería necesario distinguir entre la concepción romántica y la griega en este aspecto.
Por lo demás, tus observaciones resultan iluminadoras.
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